Normalmente, cuando algo no sale como ellos esperan, los niños se enojan y toman diversas posturas: dejan de jugar, protestan, lloran, se alejan. Y es que aún no han desarrollado su capacidad para tolerar frustraciones. Los papás intentamos ayudarlos explicando o incluso reaccionando ante su enojo.

 

Ante situaciones de enojo de los niños pequeños es importante que tengamos en cuenta tres aspectos fundamentales:

  • Buscar una manera de silenciar o borrar el enojo en los hijos no es una solución adecuada.
  • Hablarle e intentar explicarle algo a alguien enojado en ese momento de ira es imposible.
  • El enojo es una emoción necesaria, que debemos aprender a reconocer y gestionar. Por eso debemos permitir que la transiten (enseñando a expresarla de modo saludable)

La ira es un sentimiento normal y saludable. Aunque no sea especialmente agradable, es la forma que nuestro cuerpo nos pone en alerta ante los problemas. La ira nos estimula, dándonos la energía que necesitamos para arreglar lo que está mal. Pero como sabemos, tiene un lado negativo. La ira puede hacerse demasiado grande y descontrolarse en un abrir y cerrar de ojos. Puede dirigirse mal o expresarse de forma perjudicial.

Cada situación que lleva a nuestros hijos a afrontar sentimientos de enojo es una oportunidad de aprendizaje. 

Es fundamental que le permitamos a los niños vivenciar su enojo, sin limitarlos. Es necesario que transiten situaciones que les produzcan esta emoción y que tengan la libertad de sentirla para luego ir aprendiendo a gestionarla. Por eso tenemos que evitar coartarles su expresión diciendo “no te enojes”. Esto les irá permitiendo aprender a tolerar la frustración.

Necesitamos ser 100% empáticos con ellos. Validar su enojo, reconocerlo y permitirlo. “Veo que estás muy enojado, yo también me siento así a veces”. Y enseñarles a buscar soluciones aceptables.

Cuando una persona se enoja, su cerebro no está en condiciones de procesar ningún tipo de información. Solamente puede reaccionar sin pensar. Por eso, ante una situación de enojo, lo primero que podemos hacer es “dejar enfriar”, que pase el enojo. Una vez que hayan encontrado la calma, podemos reflexionar sobre lo que pasó y buscar una solución.

Es de gran ayuda enseñarles a los niños el motivo de “enfriarse”. Explicarles con palabras simples cómo funciona el cerebro de manera que entiendan que TODOS necesitamos calmarnos ante algo que nos enoja, porque sino seguimos alimentando la llama de la ira y el enojo se hace más difícil de manejar.

Siempre debemos aclararles que está bien sentir enojo, pero si no logramos manejarlo se adueña de nosotros y nos metemos en problemas. A veces hacemos o decimos cosas de las que después nos arrepentimos. Por eso debemos aprender algunas estrategias para lograr la calma:

Una forma práctica de explicarles es haciendo un frasco con agua, voligoma y purpurina. Les mostramos que cuando estamos enojados, nuestra cabeza es como ese frasco agitado. Toda la purpurina moviéndose no nos deja pensar con claridad. Si logramos calmarnos, la purpurina va bajando y queda en el fondo, dejando el agua transparente. Así nuestra mente puede pensar soluciones.

También podemos armar un rincón en casa, al que podamos ir voluntariamente cuando necesitemos tranquilidad.

Enseñarles técnicas de relajación y respiración es de gran utilidad. Aprender a calmar su cuerpo y su mente los ayudará cuando se encuentren enojados.

Algunos cuentos que nos pueden ayudar en este aprendizaje son:

 

Autor: Thierry Robberecht

Editorial: Edelvives

Mamá ha dicho otra vez ¡NO! ¡Siempre hace lo mismo! No me parece justo. Y me enfado. Cuando me enfado me convierto en un dragón que lo destroza todo a su paso.

Autor: Toon Tellegen - Marc Boutavant

Editorial: Edelvives

Un elefante que se reprocha a sí mismo su empeño en trepar a los árboles; una lombriz y un escarabajo que compiten por demostrar quién está más enojado; un erizo que quiere pasar por todas las experiencias, también la de tener rabia; un hipopótamo y un rinoceronte que no quieren dejarse el paso tras encontrarse en un camino estrecho; una hormiga que amenaza a una ardilla con marcharse y dejarla sola; y otras historias sobre enfados y desenfados.

Autor: Mamen DuchGuridi (Ilustrador)

Editorial: Flamboyant

Este libro contiene herramientas sencillas para que tus hijos se relajen, para que practiquen, solos o con tu ayuda, la atención plena o mindfulness. A través de él llegarán a la calma y la concentración, y así potenciarán y mejorarán todo aquello que ya tienen en su interior: confianza, autoestima, concentración, intuición, creatividad…

Autor: DANIEL MONEDERO ALONSO

Editorial: Edelvives

¿Qué dices de cuando te enfadas y te dan ganas de soltar todo lo que se te ocurre sin pensar en las consecuencias? A Mateo le salen sapos y culebras por la boca cada vez que se enfada. Y parece que ha perdido el control.

Autor: INES CASTEL-BRANCO DE SEABRA

Editorial: Fragmenta

Un libro práctico que recoge ejercicios de interiorización y respiración consciente que se están haciendo ya en muchas escuelas. No se trata de un manual, sino de un diálogo entre un niño y una madre a la hora de acostarse. En la guía de lectura se explica qué se trabaja con cada ejercicio, de dónde proviene (del yoga, el taichí, el chikung, la kinesiología...) y cómo se realiza correctamente.